¿Quién establece las pautas de compra en el mercado inmobiliario? ¿la oferta o la demanda? ¿dónde está el problema? Actualmente solo hay una respuesta clara: la demanda. Existe una escasez de oferta en comparación con el gran número de personas que buscan un hogar y son muchos los problemas que han desencadenado de esta situación.
En Viviendea, analizamos la situación actual y debatimos sus consecuencias y soluciones posibles.
Situación actual del mercado inmobiliario
El gran desequilibrio actual entre la oferta y la demanda en el sector inmobiliario es una realidad y es el foco del problema. La población sigue creciendo mientras que la capacidad de las constructoras para satisfacer las demandas de viviendas se ve limitada por muchas restricciones, mientras, los precios no dejan de subir.
En 2023, el precio de la vivienda en España aumentó un 7% en términos generales, viéndose mayores incrementos en mercados como Madrid, Barcelona y áreas costeras. Por ejemplo, en Alicante los precios subieron un 15% y en Valencia un 14%.
Al igual que el mercado de la compra, el del alquiler también aumentó sus precios en 2023, concretamente un 9.2% debido al auge de los alquileres estacionales y a la reducción en la oferta de alquileres permanentes, que cayó un 12% a nivel nacional.
Aunque, según un estudio de Endeksa, se ha podido observar que entre enero y diciembre de 2023 el valor de los bienes inmuebles en España aumentó un 5.33%, también su rendimiento anual (7.25%) y el período de amortización (14 años).
Este mercado atrae sobre todo a compradores extranjeros que son atraídos por las infraestructuras y precios medianamente asequibles de las ciudades y regiones más populares como la Costa del Sol, Costa Blanca o las Islas Baleares.
Factores que influyen en el desequilibrio
¿Cómo se ha llegado al punto en el que la demanda supera la oferta? El mercado inmobiliario es conocido como uno de los más volátiles, siendo muy elevada la incertidumbre en el mismo, pero podemos decir que son tres los factores principales que nos han traído hasta este punto:
1. Regulaciones y normativas
Como en la mayoría de casos, la Ley es lenta, y en el sector inmobiliario no iba a ser menos. Las regulaciones urbanísticas y de construcción pueden ralentizar en gran medida el proceso de desarrollo inmobiliario, dejando años de receso en las construcciones.
También las ayudas para las compras de vivienda o el desarrollo de algunos tipos de vivienda que permiten la adquisición de las mismas de forma más sencilla hacen que la demanda aumente.
Aunque estas regulaciones están diseñadas para asegurar la calidad y sostenibilidad de las construcciones, también pueden ser un gran obstáculo.
2. Escasez de suelo
Antes “todo era campo” pero ahora mucho de ese campo ya está construido. En muchas áreas urbanas, el suelo disponible para nuevas construcciones es limitado y esta escasez hace que aumenten los precios del suelo, incrementando así el de las viviendas y, consecuentemente, haciendo que menos personas puedan acceder a ellas.
3. Costes de construcción
Los costes aumentan y afecta de forma directa a la capacidad de los promotores para construir nuevas viviendas a precios accesibles y asequibles. Además, la inflación y otros muchos factores sociales y culturales actuales también han afectado de forma directa en este mercado.
Consecuencias del desequilibrio entre oferta y demanda
¿Qué consecuencias tendrá (o está teniendo) este gran desequilibrio entre la oferta y la demanda de vivienda? Los efectos de este gran desnivel no han tardado mucho en reflejarse en la sociedad:
- Aumento de los precios de la vivienda
La primera consecuencia y la que más da que hablar todos los días: el aumento del precio de la vivienda. En 2023, el precio de la vivienda en España aumentó un 7% y en 2024 el porcentaje sigue subiendo.
Esta es una de las consecuencias más evidentes del desequilibrio, llevando a que muchas personas no puedan permitirse comprar una vivienda, especialmente en áreas urbanas.
- Acceso limitado a la vivienda
El aumento de los precios ha creado una barrera significativa para el acceso a la vivienda, especialmente para los jóvenes y las familias de ingresos medios y bajos. Como consecuencia de esta situación, es mayor el número de personas que optan por la demanda de alquiler frente a la compra, lo que supone también la subida de los precios de los alquileres.
- Impacto en la economía
El sector inmobiliario es uno de los que más dinero mueve en la mayoría de los países, por lo que el impacto negativo en la economía era inminente.
La falta de viviendas asequibles no solo afecta al flujo monetario, también recae de forma directa en otros aspectos sociales como puede ser la movilidad laboral, limitando así el crecimiento económico. Además, una gran parte de los ingresos de las familias se destina a pagar hipotecas o alquileres, reduciendo así su capacidad de consumo en otros sectores.
Posibles soluciones para equilibrar la oferta y demanda
Una vez llegados a este punto nos planteamos la gran pregunta: ¿cuál es la solución para este gran desequilibrio?
- Construcciones innovadoras
Innovar en el sector de la construcción y adaptarnos a los cambios en la oferta y en la demanda sí está en nuestras manos.
La adopción de nuevas tecnologías y métodos de construcción puede ayudar a reducir los costes y acelerar los tiempos de construcción. Por ejemplo, la construcción modular y el uso de materiales sostenibles pueden hacer que las viviendas sean más asequibles y rápidas de construir.
- Políticas públicas favorables
Para cambiar algo todo empieza desde dentro. Los gobiernos y sus políticas son agentes clave para conducir el cambio.
Por ejemplo, la incorporación de políticas para incentivar la construcción de viviendas asequibles puede suponer un gran empuje hacia la compra de las mismas. Esto incluye subsidios, reducción de impuestos y simplificación de las regulaciones para los desarrolladores. Además, la creación de programas de vivienda social puede ayudar a satisfacer la demanda de los grupos más vulnerables.
- Uso eficiente del suelo
Uno de los problemas principales de este equilibrio también es la falta de suelo nuevo, sobre todo en las grandes zonas que ya están urbanizadas. Para poder aumentar la oferta, una de las principales soluciones es maximizar el uso del suelo disponible.
La densificación urbana y la reutilización de terrenos subutilizados pueden aumentar la oferta de viviendas en áreas donde la demanda es alta. Proyectos de regeneración urbana y desarrollo de infraestructuras también son cruciales para conseguir este objetivo.
¿Qué aporta Viviendea para solucionar el problema?
En Viviendea, creemos en un enfoque centrado en el usuario, donde cada cliente puede diseñar su hogar según sus necesidades y preferencias. Esta personalización no solo mejora la satisfacción del cliente, sino que también puede llevar a una construcción más eficiente y adaptada a las demandas específicas del mercado.
Fomentamos una colaboración estrecha entre promotores y consumidores. Al comprender mejor las necesidades y deseos de los compradores, los promotores pueden ofrecer productos que realmente satisfagan la demanda existente. Esto reduce el riesgo de sobreproducción de viviendas no deseadas y mejora la eficiencia del mercado inmobiliario.
En general, el desequilibrio entre la oferta y la demanda de vivienda es un problema complejo que requiere un enfoque multifacético para ser resuelto. Es necesario que tanto el sector público como el privado colaboren para encontrar soluciones innovadoras que permitan equilibrar el mercado.
En Viviendea, estamos comprometidos a ser parte de la solución, proporcionando herramientas y servicios que faciliten la creación de viviendas adaptadas a las necesidades reales de los consumidores. Al combinar la tecnología con un enfoque centrado en el usuario, podemos ayudar a construir un futuro donde cada persona pueda encontrar su hogar ideal.
¡Es el momento de seguir avanzando!