Hace unos meses debatimos en la Cátedra Observatorio de la Vivienda UPV, donde con Viviendea somos patronos, sobre la alta exigencia normativa en las viviendas de obra nueva.
Hoy en día es imposible edificar a un coste proporcionado al precio al que deberían salir esas viviendas en zonas vamos a calificarlas de “no premium”. Y esas zonas se quedan fuera, porque no es rentable edificar. Muchas personas se quedan fuera.
Entonces, hay que buscar soluciones, ampliamente debatidas, de vivienda asequible (affordable para los del inglés) sobre todo en colaboraciones público-privada donde se eliminan ciertos costes e impuestos.
Porque la gente no puede comprar.
Porque la gente no puede alquilar.
Fernando Cos-Gayón López sacó el tema en la jornada de presentación del Salón VIVA. Y ahí quedó. Pero es un debate (o un melón) que deberíamos tomarnos más en serio.
Ayer me encontré con esta publicación de Francisco sobre el coche eléctrico: https://lnkd.in/dssiMjGA, icono de la sostenibilidad que no gana cuota de mercado, por muchos motivos que no vienen ahora a lugar ponernos a contar.
Y hace unos días me topé con esta noticia en idealistahttps://lnkd.in/d6HCRid6
Alemania relaja la normativa en la construcción de nuevas viviendas… porque es fácil legislar (y pedir), pero luego hay que construir…. y vender o alquilar. Y las TIRes no salen.
¿Necesitamos una regresión normativa que facilite la construcción de viviendas de obra nueva a un precio acorde a lo que se puede comprar?
Difícil debate, porque no hablo de hacer “casas baratas” ni generar guetos. Hablo de dar respuesta a las necesidades de todas las personas. Parece que la sostenibilidad se ha pasado de moda, y las grandes promotoras han creado sus propios sellos seguramente cansadas de las exigencias de certificadores externos.
Buen artículo de José García Ruiz sobre este tema: https://lnkd.in/dDgpp_Br
¿No estamos echando más leña al fuego al elevar tanto el mínimo y no poder responder a todo el público?