La vivienda es el séptimo problema para los españoles según el último CIS. Top 10.
El primero es la crisis económica. Normal entonces que exista inquietud con la vivienda. Porque gran parte de la solución del séptimo está en resolver el primero.
Mucho se ha debatido de los males que han hecho las últimas políticas de vivienda que parece que más que para resolver el problema han nacido para ganar votos. Y de paso hacer el problema más grande, lo que parece que da aún más votos.
Unos males que han limitado la oferta durante estos últimos años y que hace que la demanda cada vez sea mayor, acumulando un desesperante déficit de viviendas, al que llegamos tarde a responder.
Gran parte de la solución está en facilitar el acceso a una vivienda a los jóvenes. Es un problema que no es de esta generación. Siempre ha estado ahí. Somos el cuarto peor país de Europa si hablamos de emancipación de nuestros jóvenes.
La diferencia
Una gran diferencia es que, la actual generación, no ha tenido la posibilidad de acceder a una VPO. Prácticamente no se han construido. No hay oferta.
Una inmovilidad administrativa, con módulos de venta obsoletos y rígidos, la cada vez mayor exigencia en los programas mínimos de vivienda que aumentan la superficie construida (esa que no se puede vender) y una normativa exigente, hace que el promotor no se vea capaz de poner en el mercado vivienda de VPO. No le es rentable.
La VPO ha creado una clase media solvente que ha crecido en torno al ahorro que le ha supuesto tener una vivienda en propiedad. Y que le ha permitido llegar a su jubilación sin la necesidad de acudir al mercado de alquiler ¿Se lo imaginan?
Un modelo que repartía la riqueza y que, sin ningún coste para la administración, ha permitido que muchas familias hayan visto cubierto su derecho a una vivienda digna.
Un modelo que ha estado en entredicho desde la propia administración y que ha provocado su estancamiento.
¿Pero es VPO o VPP?
Porque se confunde VPO con vivienda pública. No señores, la P no es de pública, es de protección.
Una vivienda donde, lo que realmente sucede, es que la administración “molesta menos”. Frente a más de un 30% de impuesto en las viviendas de renta libre, en la VPO, los impuestos son menos de la mitad.
No es una vivienda pública que ha hecho el estado.
VPO es una vivienda protegida promovida por el sector privado. El que sabe hacerlo.
Un detalle: la mayor innovación de la administración en estos años ha sido pasar de llamarlas VPO a VPP: “vivienda de protección pública” ya saben por qué.
Así ya tienen algo público que vender en las próximas elecciones.
Y la P de Problema, para otra P.
Para el Próximo.
También publicado en El Periódico de Aquí.