Como quién dice, acabamos de arrancar el año y en estas fechas repasamos los datos del año que hemos dejado atrás. Como cada día generamos más y más datos, y disponemos de más herramientas para poder analizarlos, abundan las noticias sobre como hemos transitado el 2021. En cuanto a la vivienda podríamos llenar columnas y columnas con muchos y variados datos, pero, como cada año, parece que el más interesante es el incremento del precio.
Y sube la vivienda
Pues bien, la vivienda se encareció un 4,3% en 2021. Sigue todavía un 29% por debajo de aquel máximo incoherente del 2007, pero continúa escalando. De hecho, el último mes del año, el precio aumentó un 7,3% respecto al mismo mes del año anterior.
Ale, ya tienen el dato. Sube el pan y sube la vivienda. Un dato frío que gustará al inversor y desesperará al demandante de vivienda. Al político le dará igual, está en otras cosas.
SERGIO LÓPEZ ALCOVER, CEO E IMPULSOR DE VIVIENDEA
Mientras tanto analicemos, no la frialdad del dato (que sube la vivienda), sino el calor y color de esta situación. Con un IPC que se encarece, una vivienda que no para de subir, costes de construcción desbocados e impuestos al alza, usted se preguntará ¿merece la pena comprar una vivienda? ¿Mejor alquilar? ¿Bajarán los precios?
Si su compra es para invertir tiene muchos datos que le ayudarán a tomar la decisión.
Si lo que busca es una vivienda para vivir, todo dependerá de su capacidad de ahorro, sus finanzas y su etapa vital. El precio de una vivienda lo pone el que lo acepta, así que no hay respuesta que más valga que la que la decisión que usted esté dispuesto a tomar.
Y bajan los salarios
Difícil respuesta, porque mientras que en Europa se compra una vivienda con el salario completo de cuatro años, en España esa media es de ocho. El doble. Claro, pensará usted, porque la vivienda está muy cara y cada año sube más. Culpa del promotor y del sector inmobiliario. Así nos lo han enseñado. Que la culpa está en un sector poco regulado (y de ahí la nueva ley a punto de ser aprobada).
Sin embargo hay otra manera de bajar esa elevada media: subir los salarios. ¿La vivienda está cara, o son los salarios netos los que son bajos?
Porque si no puede comprar, compruebe sus ingresos, sus gastos y su capacidad de ahorro. Ahí tendrá una buena pista por dónde tiene que empezar.
Y no se olvide hoy de comprar un buen pan. No sea que mañana sea un poco más caro. ¿Será culpa del panadero?
Si es que cuando algunos hablan… sube el pan.
Sergio López Alcover, CEO e impulsor de Viviendea.
Artículo también publicado en El Periódico de Aquí.