Hace más de dos meses que ejercimos nuestro derecho al voto.
Y votamos. Votamos tras una campaña donde se empezó poniendo el foco en el problema de la vivienda, con miles de viviendas prometidas, para terminar echándose en cara los pactos con los extremos.
Muy rápido nos olvidamos de uno de los problemas más importantes de la sociedad actual: cada vez es más difícil acceder a una vivienda, sea en alquiler o en propiedad.
Y votamos. Y todos los políticos botaron. Sin excepción, al ritmo de ¡qué bote, qué bote…!
Unos botaron porque ganaron, aunque seguramente lo que ganaron sea un puesto en la oposición.
Otros botaron porque no ganaron, aunque seguramente ganaron un sillón a costa de lo que, parece va a ser, un alto precio.
Nosotros votamos. Ellos botaron. En este caso, la diferencia entre la v y la b es más que notable.
Y una vez votado y una vez que ellos botaron, el problema de la vivienda, tras meses de promesas, ya no importa.
Para eso usted ha votado, para que ellos decidan por usted cómo tienen que seguir en sus puestos… botando y rebotando. Y en ello están.
Los problemas ya se resolverán en su oportuno tiempo. Cuando interese. Ahora no hay tiempo para la vivienda. Ya no da votos.
Recuerden, eran miles, incluso cientos de miles de viviendas. Perdimos la cuenta.
No me he pasado por los solares del Ministerio de Defensa donde crecerán las futuras familias, y sus futuros votos, en unas viviendas con el adjetivo de asequible (Affordable para los del inglés), pero creo que siguen sin grúas.
Tampoco sé cuántas miles de viviendas ha dedicado la Sareb al alquiler…. Asequible, por supuesto.
Edificar un parque de viviendas, con el adjetivo que ustedes quieran, lleva tiempo. Mucho tiempo. Entre posibles cambios de planeamiento, licencias urbanísticas, construcción y finales de obra pueden pasar perfectamente 4 años.
Vaya, una legislatura entera…. A ver si estamos empezando a ver cuál es el problema.
Pensar en el largo plazo. En más de una legislatura. En que, posiblemente, inaugure otro lo que yo empiezo. En que la medalla no me la lleve yo.
Además, si no hay problemas ¿cómo nos van a prometer soluciones?
¿A quién va entonces usted a votar?
Visto lo visto, vote lo que vote, serán otros los que botarán.