Es cierto que la manera de comunicar del sector inmobiliario es muy endogámica. Muchas veces, quizá demasiadas, hablamos para nosotros mismos.
Sin embargo, para el resto, seguramente, somos aburridos. Y en ese resto está nuestro cliente. Está usted.
Comunicamos sobre sostenibilidad con múltiples certificados, algunos oficiales y otros oficiosos, que usted no conoce o, incluso, no le interesan.
Comunicamos sobre nuevos materiales, instalaciones y equipamientos que a usted muchas veces no le importan.
Con un cliente cada día más informado y, a la vez, saturado, desde el sector seguimos hablando para nosotros mismos, sin salir de nuestra zona de confort.
Organizamos mesas redondas donde hablamos de sostenibilidad, de industrialización, de digitalización, de transparencia; donde acudimos en masa profesionales del sector, pero que no llegan al público general.
Donde nos quejamos de la relación con la administración, que sigue sin cambiar año tras año. Un debate que queda entre ambas partes, pero que es ajeno al público en general.
No tenemos el pulso del cliente, de usted, porque no salimos de nuestro círculo.
Sin embargo, usted grita de otra manera.
Durante estas semanas he visto muchos artículos analizando la imposibilidad de acceso a una vivienda por parte de la gente joven.
Sobre el incremento del precio del alquiler, que hace imposible ahorrar.
Nos está contando sus problemas de forma indirecta.
Unos problemas que vienen de lejos, donde llevamos años sin, prácticamente, hacer nada y donde ahora se quiere correr.
Donde se ha puesto el foco en buscar un culpable y no una solución.
Donde muchas de las soluciones propuestas han incrementado el problema, lo que ha servido para prometer nuevas soluciones a los que no las encuentran, además de seguir incidiendo en los culpables.
Desde nuestro sector se han propuesto muchas soluciones. Pocas han sido escuchadas.
Quizá porque se estaban contando en los canales equivocados.
Quizá porque somos aburridos. Quizá debamos empezar a ser el sector de todos.
Porque, guste o no, no somos el problema, somos la solución.
¡Gritémoselo a todos con fuerza!
¿Se les ocurre algo menos aburrido?